Thu07Jan

La ética de Wicca

Escrito en Magia, Wicca

El pilar fundamental de la ética Wicca es la Rede Wicca («rede» significa «guía»). Al hablar de la Rede Wicca podemos referirnos a las ocho palabras finales del poema de Lady Gwen Thompson («mientras no dañes a nadie, haz cuanto desees») o bien a poema en su conjunto.

El mensaje ético de la Rede

Las ocho palabras de la Rede son la base fundamental del sistema ético de la Wicca. La Rede dice claramente «haz cuanto desees», dirigiéndose directamente a nosotros, a nuestra voluntad de acción. Esto implica que debemos formar nuestra voluntad para saber hacia donde vamos y ser concientes de tener en nuestras manos las riendas de nuestro destino. El único límite a nuestra voluntad es la integridad de los demás, y la nuestra propia. Aunque la Rede no lo diga, el no dañar a otros también implica no dañarse a uno mismo.

Por lo tanto, el Wicca no cuenta con ningún código moral que juzgue sus deseos o acciones, ni le da soluciones a sus dilemas, ni perdón por sus errores, sino que tiene su libre albedrío para tomar sus decisiones a cada momento. Somos conscientes de que seguir este principio resulta casi imposible, por lo que debemos tomarlo como una aspiración, como un marco de referencia para nuestras acciones. Muchas veces dañamos a otros sin ser conscientes de ello. Además, en muchas situaciones se nos plantea el tener que elegir entre dañarnos a nosotros mismos o dañar a otros.

La Rede también nos dice, «La Ley Triple debes recordar; Tres veces para bien, tres veces para mal»; el Wicca adhiere a esta Ley aceptando hacerse responsable por triplicado de las consecuencias de sus actos y decisiones.

Asimismo, la Wicca maneja un conjunto de códigos éticos que rigen el trabajo mágico:
– La Rede Wicca: mientras no dañes a nadie, haz cuanto desees
– Principio de No Intervención: no utilizar la magia de ninguna forma que implique interferir con la voluntad y libre albedrío de los demás
– Principio de No Transacción: no aceptar dinero o compensación económica de ninguna clase por la realización de trabajos mágicos en favor de terceras personas
– Principio de Proporción: no utilizar la magia para obtener aquellos fines que puedan ser alcanzados por medios no mágicos

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