Thu07Jan

¿Qué es la magia?

Escrito en Doctrina, Magia

Por magia podemos entender varias cosas, bastante diversas. En nuestro día a día, por ejemplo, atribuimos la palabra magia a aquello que posee cierto encantador misterio, aquello que nos brinda una sensación de hiperrealidad, de éxtasis, de vuelo. Desde tiempos inmemoriales se ha asociado la magia al amor, apuntando a la metamorfosis que el amor opera en el ser humano, a la sensación de euforia, de omnipotencia que se experimenta. En todo caso, se dice que algo tiene «magia» cuando nos saca de la rutina, cuando nos hace sentir cosas diferentes, cuando nos da alegría, cuando nos hace sentir eternos.

Existe a su vez la magia que practica el ilusionista, el prestidigitador. Se atribuye a estas ilusiones el término «magia» quizá debido a nuestra imposibilidad de comprender a primera vista la mecánica de los trucos que opera el ilusionista.

Y además, existe la otra magia, la Magia con mayúsculas, la que en inglés se llama «Magick» para diferenciarla de «magic», la magia del ilusionista. (La letra «k» es la número 11 en varios alfabetos, y 11 es el número atribuido por la Kabbalah al mundo subterráneo, que debe ser conquistado por el Mago antes de ejecutar la magia – John Symonds/Kennet Grant)

Hemos oído hablar de Magia Natural, Magia Ceremonial, Magia Sexual, Magia con Velas, Magia Negra, pero… qué es lo que tienen en común? Qué es entonces la Magia?
Quizá la definición más acertada acerca de qué es la Magia fue la dada por Aleister Crowley:
«Magia es la Ciencia y el Arte de hacer que ocurra el Cambio en conformidad a la Voluntad»

En su libro «Magia en Teoría y Práctica», Crowley cita algunos pasajes que resultan muy interesantes para definir de qué se trata la Magia Ceremonial:

«Magia es el Conocimiento más Elevado, más Absoluto y más Divino de la Filosofía Natural, avanzando en su labor y operaciones maravillosas con un correcto conocimiento de las ocultas e internas virtudes de las cosas; para poder aplicar Agentes correctos a los Pacientes adecuados, produciéndose extraños y admirables efectos. Cuando los magos son buscadores profundos y cuidadosos en la Naturaleza, ellos, por sus conocimientos, saben cómo anticipar un efecto, que a los vulgares esto parecerá un milagro»
La Goetia del Rey Salomón
«Cuando ocurre la magia simpática en su forma pura, inadulterada, se asume que en la naturaleza un suceso sigue a otro necesaria e invariablemente, sin la intervención de cualquier agente espiritual o personal. Así su concepto fundamental es idéntico con el de la ciencia moderna; todo el sistema es una fe, implícita pero real y firme, en el orden y uniformidad de la naturaleza. El Mago no duda que las mismas causas siempre producirán los mismos efectos, que la ejecución de una ceremonia adecuada acompañado de un conjuro apropiado, inevitablemente atenderán el resultado deseado, si sus encantamientos no son anulados por otras fuerzas más potentes de otro Mago. El no suplica a un poder o fuerza más elevada, él no busca el favor de ningún ser raro: él no se arrodilla delante de ninguna divinidad. Pero su poder, grandioso como él cree que es, no es arbitrario o ilimitado. El sólo lo puede aplicar mientras se mantenga dentro de las reglas de su arte, o a lo que se puedan llamar las leyes de la naturaleza como él las conciba. La negligencia en estas reglas, la rotura de estas leyes, incluso en las formas más diminutas, significa el fracaso, e incluso puede exponer al practicante con poca experiencia a los peores peligros.»
J.G. Frazer «The Golden Bough» (La Rama Dorada)

El Mago y el Brujo practican Magia, ambos dentro de un círculo, ambos limitados por su Ley, ambos utilizando instrumentos mágicos… pero hay varias cosas que los diferencian. Primero que nada, el Brujo es un seguidor de la Antigua Religión, un Sacerdote de los Dioses Antiguos; por ellos se guía, a ellos responde, y de su Poder se nutre. Segundo, el Brujo no trabaja con entidades invocadas, no busca ejercer dominio sobre las fuerzas de la Naturaleza; él busca conectar con ellas para comprender, para obtener ayuda. Tercero, el Mago debe seguir, por su propia seguridad, una serie de pasos y fórmulas estrictas; el Brujo se mueve con más libertad, y a la vez, su accionar está más restringido, pues actúa en conformidad con la Rede («mientras no dañes a nadie, haz tu voluntad»)
Y la lista continuaría, pero eso excede mi conocimiento, mi capacidad… y quizá su paciencia

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