Sun29Nov

Los Rituales Esotéricos

Escrito en Esoterismo, Ocultismo

2.- Datos históricos (Fuente Jacq Christian; El saber mágico en el Antiguo Egipto)

Decíamos que los rituales devienen de tiempos del antiguo Egipto, por lo que revisemos algunos conceptos.

Primero que nada el Ritual es una acto de magia, entendiendo como Magia=Suprema Sabiduría. La palabra mago es una derivación de Magno = Grande. Mago es entonces aquel que ha tomado conciencia de los poderes que rigen la vida y es capaz de controlarlos y dirigirlos. Para ello el aprendiz era instruido celosamente por los sacerdotes, debiendo seguir las instrucciones de sus maestros. No había lugar para las fantasías ni ocurrencias. Para estos Maestros la Magia era una fuerza creadora primigenia, existente antes de todo lo creado, cuyo origen esta en el dios sol, el cual es su Padre, por tanto es creadora de vida. Diríamos es una Magia Solar.

Por tanto el Mago, cuando está concentrado, inspirado, se siente imbuido por la fuerza divina, y realiza igualmente esta función. Es Horus. La magia de su madre Isis está en sus miembros. Es el Ra de los nombres misteriosos, es el que se encuentra en el océano de energía de los primeros tiempos. Se identifica con los dioses más grandes del panteón, experimentando todo en su propio cuerpo la magia como una fuerza viva. Ésta circula por sus pies, sus manos, su cabeza, todo su cuerpo. Es preciso que la fuerza mágica emita una luz y expanda, en ciertas ocasiones, un olor característico.

De este modo, el mago, hijo de Ra, señor de la luz y del sol, y de Thot, encarnado por la Luna, descubre el alcance de sus percepciones. Su saber, su Supremo Conocimiento está consignado en un escrito que proviene de la morada del dios Thot, tras haber sido sellado en el palacio de Thot.

Por este Supremo Conocimiento el ser humano puede controlar todo cuanto le rodea. Todo esta vivo, todo tiene energía, materia y conciencia, y el hombre se halla en medio de estas fuerzas. Puede elegir en ser una victima pasiva o un conquistador activo.

Según un magnífico texto, titulado Las Enseñanzas de Merikare, “el creador concedió la magia al hombre a fin de ahuyentar el efecto fulgurante de lo que sobreviene”. Dicho de otro modo, todos somos esclavos de un cierto determinismo. La mayor parte del tiempo, los acontecimientos, felices o desgraciados, nos cogen desprevenidos. No somos dueños de nuestro destino. Egipto no niega este determinismo, pero considera que es posible escapar de él utilizando la magia. Y utilizar la magia implica Conocimiento

Palabras y fórmulas pronunciadas por el mago no son fruto del azar se inspiran en leyendas sagradas, acciones ocurridas en los tiempos divinos y que se repiten en el mundo de los hombres. Una fórmula mágica es eficaz en la medida en que se remonta a una remota antigüedad o, más exactamente, al origen de la vida. La fórmula de ofrenda por excelencia, Peret kherou, significa “lo que sale por la voz” siendo el Verbo el único capaz de animar la materia.

Así la materia primera del mago es esta palabra que añadida al gesto, produce el acto mágico. Para que las fórmulas resulten vivas, el mago encanta al cielo, la tierra, los poderes nocturnos, las montañas, las aguas, comprende el lenguaje de los pájaros y reptiles. Lo que está en juego es considerable: la correcta recitación de las fórmulas las hace capaces de acceder al séquito de Osiris y de formar parte de la cofradía de los reyes del Alto y el Bajo Egipto, la sociedad iniciática más cerrada que se pueda concebir.

El mago no es un nigromántico ni un ocultista. Para Egipto, es un sabio y un sacerdote. Lee y escribe los jeroglíficos, conoce los libros antiguos y las fórmulas de poder. Es mago porque tiene el Conocimiento. Su función oficial está concretada en la forma de un rollo de papiro, símbolo de la abstracción y del conocimiento esotérico.

En el Antiguo Egipto se ama lo escrito. En el escrito se registra el Conocimiento. “Ama los libros como amas a tu madre”, se le recomienda a aquel que investiga la sabiduría.

El Mago, el Sacerdote al identificarse con los cuatro puntos cardinales, pasa a ser el cosmos. Excelente método para conocer las leyes, captar los poderes invisibles y dirigidos –al menos de forma parcial- a su voluntad.

No es, pues, el mago quien habla, sino el poder divino a través de él. Cuando él abre el ojo, surge la luz.

Según el antiguo Egipto, el estado más perfecto del ser, que corona el proceso iniciático, es el akh, la personalidad luminosa, deslumbrante, con la eficiencia sobrenatural. El cuerpo pertenece a la tierra, el akh al cielo. Es este ser de luz el que Ra revela al mago capaz de contemplar el sol, de descubrir lo divino contemplando el astro del día. Mucho más tarde, se calificará de “iluminados” a los que hayan recibido esta iniciación. Se preferirá el de “hijos de la luz”, expresión egipcia que caracteriza al designar a su verdadero padre y confiriéndole la dimensión sobrenatural de su función.

Según la mitología de la ciudad de Menfis, el dios Ptah concibió el mundo en su corazón antes de expresarlo por la boca. En cada ser consciente se despierta un corazón heredero del corazón divino. La cualidad de la práctica mágica está estrechamente ligada a la cualidad del corazón. Debe desarrollar en el mago sus facultades intuitivas que le permitirán descubrir el cofre misterioso del Conocimiento, prefiguración del Grial. Su corazón le dictará el modo de abrirlo, a fin de descubrir la esencia de la magia.

Un amuleto particular, el escarabajo de corazón, juega un papel determinante en el momento del paso entre la muerte terrestre y la vida eterna. El escarabajo es el símbolo de la metamorfosis y las mutaciones. Colocándolo sobre el corazón de la momia, el mago le confiere el poder de atravesar las zonas más oscuras en las que l ser corre el riesgo de sufrir graves heridas.

El papiro Ebers aconseja comerlo: curiosa recomendación que se comprende mejor cuando se sabe que el nombre egipcio del escarabajo es kheper, palabra que significa también “creer, convertirse, transformarse”. Talismán poderoso, el escarabajo de piedra verde se coloca sobre el corazón de un hombre purificado con mirra, después de que los ritos de apertura de la boca (esto es, la resurrección) hayan sido realizados.

2.3 El Sacerdote-Mago

En el ritual de investidura, el mago se despoja de su “yo”, de su visión totalmente personal del mundo para dejar que el cosmos penetre en él. Quizá se hundía en un sueño artificial mientras que sus Hermanos le cargaban mágicamente de energía a fin de prepararle para sus tareas futuras. El mago viaja por el cielo. Ante la estrella Orión, afirma haberse alimentado de los poderes vitales, haber sido nutrido por los espíritus de los antiguos dioses de los que conoce sus nombres secretos. Orión escucha al viajero del más allá. Reconoce que efectivamente ha adquirido todos los poderes, que no ha olvidado ninguno. Por esta razón, resucita, identificado con una estrella, y brillará en lo alto del cielo. Tal es el destino del mago convertirse en una luz en el cosmos, para iluminar el camino de los demás hombres.

El sacerdote, el Mago es aquel por quien se recitan las fórmulas y se beneficia de importantes privilegios: bebe el agua del río, sale a la luz del día como el dios Horus, vive como un dios, es adorado por los vivos, como un sol. Quien recita las justas palabras irá por todas partes. Su corazón permanecerá estable en cualquier forma que él adopte. Eyaculará su semilla sobre tierra, tendrá herederos que proseguirán su obra. Ni su poder, ni su sombra serán presa de demonios. Y esto, añaden los redactores de los libros de magia, fue “un millón de veces verídico”.

En tanto que sacerdotes, los magos reciben la iniciación sacerdotal. Los que ocupan la cima de la jerarquía están sumidos en un modo de vida que Porfirio evocaba en estos términos: “Por medio de la contemplación, llegan al respeto, a la seguridad del alma y a la piedad; por medio de la reflexión, a la ciencia; y por los dos, a la práctica de las costumbres esotéricas y dignas del tiempo pasado”.

Es la entrada en el conocimiento la que autoriza al mago a declarar: “Yo soy el señor de la vida cuya vida se renueva eternamente, y mi nombre es Aquel que vive de los ritos”. En tanto que khery-heb, título que significa “el que está encargado del libro de los rituales” lee en voz alta los textos sagrados, dándoles una animación mágica que los hace plenamente eficaces.

El capítulo 26I de los Textos de los sarcófagos se titula “llegar a ser mago”. He aquí su contenido. El adepto se dirige a los magos que están en presencia del Señor del universo. Les pregunta al respecto en la medida en que los conoce, ya que ellos han guiado sus pasos. ¿No es aquel al que el Único creó antes de que fuesen instituidas las dos comidas sobre la tierra, el día y la noche, el bien y el mal, cuando el Creador abrió su ojo único, en su soledad? El mago se presenta como el que domina el Verbo. Es el hijo de la Gran Madre, de la que puso en el mundo al Creador, quien, sin embargo, no tuvo madre. El padre de los dioses, es el mago en persona. Es el que les hace vivir.

El Esoterismo en los Egipcios

Diversos símbolos mágicos utilizados en amuletos: a la izquierda, el ojo-ouadjat, el ojo de Horus, ojo “completo” y perfecto que otorga al iniciado una visión total de la realidad; a la derecha, Nephtis cuyo nombre significa “la soberana del Templo”, magnetiza el signo chen, el de la protección mágica que evitará que su poseedor sea “disociado” por las fuerzas negativas. Está instalado bajo el signo del oro, materia que constituye la carne de los dioses. (Las capillas de Tutankhamon)

El plano de los templos tebanos, más particularmente el de Medamud, encarna este Ojo cósmico, clave principal del simbolismo egipcio. No olvidemos que el signo del Ojo único, en jeroglíficos, significa “hacer, crear”.

Una vez dentro, gracias a juegos de luces y sombras, a la incineración de plantas y raíces aromáticas y al empleo de determinados instrumentos musicales y la utilización de cantos mantricos, se creaba una atmósfera especial capaz de inducir a quienes estuvieran dentro a estados especiales de consciencia que les permitían “hablar” con los dioses.

Páginas: 1 2 3

Escribe un comentario:

0



71 comentarios para “Los Rituales Esotéricos”

  1. Belen dice:

    se critica para merajor, no tenes ni idea de magia. Esta terriblemente mal mostrar un efecto que se hace llamar «el mejor truco de magia del mundo» cuando no hay dedicacif3n ni esfuerzo. Igual te entiendo porque no sos mago. Si supieras de magia te daredas cuenta lo que puse tenes que leer.PD: no escribas con errores de ortografia