Sun06Dec

Estrellas y gemas

Escrito en Amuletos, astrologia, gemología

Desde la tradición castellana, a través de los lapidarios de Alfonso X y los escritos de autores como Gaspar de Morales y otros autores tradicionales se asocia o se relaciona a las gemas con los cuerpos celestes, los planetas y las estrellas, por ello resultaba imprescindible conocer las posiciones y los significados de cada una de las estrellas para proceder en las aplicaciones de gemas y minerales.

Los astrólogos de la antigüedad utilizaban las gemas y los minerales para hacer sensibles a las estrellas, para activarlas, para “bajar” su virtud celeste a la tierra, consideraban a las estrellas fijas como puntos de referencia o lugares del cielo a los que estaban conectadas las gemas que usaban como astrólogos. Para ellos, las gemas eran análogas a las estrellas, al sintonizar con la estrellas cumplen la función de activar o ampliar las influencias emitidas por estos lejanos astros. Para los antiguos, las gemas eran como antenas capaces de captar las vibraciones celestes de ciertas estrellas, por ello operaban en conjunto con gemas y estrellas.

Visto desde un punto de vista moderno, no deja de ser sorprendente, pues las características esenciales de las estrellas es la emisión de radiaciones en forma de luz, desde un lugar preciso del cielo, punto este que se puede reflejar en un tema natal. Mientras que la particularidad de las gemas es su capacidad de retener y reflejar de manera multiplicada la luz que recibe.

En las antiguas culturas naturalistas, se comparaba el brillo refulgente de las gemas, con el brillo luminoso de las estrellas; para ellos las gemas estaban sometidas a una relación directa y particular con los astros, gemas y astros tienen una relación analógica que los hace inseparables.

Esta relación de las gemas con las estrellas se repite en las culturas mas avanzadas, pero es en la tradición castellana, de origen oriental, de donde se extrae la clave de la influencia y el correcto uso astrológico de las gemas. Siguiendo el postulado tradicional de “lo que está arriba como lo que está abajo”: arriba en el cielo resplandecen la estrellas y abajo en la tierra lucen las gemas. Esta simple ley otorga la llave del poder maravilloso y oculto de las gemas.

Las estrellas son fuentes de energía en forma de ondas y de luz, aunque son fuentes muy lejanas, suelen ser enormes masas que emiten constantemente vibraciones en forma de luz de una determinada longitud de onda. Por otro lado, las gemas son receptáculos de luz, vasos herméticos que absorben, multiplican y reflejan la luz, también en una determinada longitud de onda.

Según la tradición, gemas y estrellas se emparejan, sintonizan, están en contacto directo, como un aparto de radio está en contacto con al emisora con la que sintoniza, formando una unidad indisoluble. Este es el secreto de las propiedades maravillosas de las gemas. Cada gema tiene su estrella gemela, de su mismo color, de idéntica vibración.

El mejor exponente escrito de esta afirmación aparece en el manuscrito escurialense titulado el “Lapidario de Alfonso X el Sabio“, al que se considera uno de los primeros manuscritos de naturaleza científica y representa un puente que une dos culturas. Este texto no se puede comprender prescindiendo del componente astrológico.

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